El proceso agroclimático dejo reservas hídricas que darán condiciones favorables para la implantación de la cosecha fina 2010 .
Durante el mes de Abril, el episodio de "El
Niño", que afectó a la campaña agrícola 2009/2010 completó su etapa de
disipación, al mismo tiempo que comenzaron a observarse los primeros síntomas
de la emergencia de un episodio de "La Niña", que afectará a la
campaña agrícola 2010/2011.
"El Niño" y "La Niña" constituyen estados contrapuestos del
fenómeno de "El Niño Oscilación del Sur" (ENSO), que afecta al
régimen de vientos y temperatura de los océanos, alterando los flujos de
humedad y calor que entran y salen de la atmósfera.
Cuando el sistema climático se encuentra cerca de su posición media o normal,
se dice que está en un estado "Neutral", en cuyo caso, la marcha
estacional de las precipitaciones, la temperatura, la humedad atmosférica, etc.
siguen un curso que se aproxima al promedio, no exhibiendo fenómenos extremos.
"El Niño" constituye la fase cálida del fenómeno del ENSO,
encontrándose asociado a una disminución de la intensidad de los vientos
alisios ecuatoriales y a un calentamiento del Océano Pacífico Ecuatorial.
Usualmente, este fenómeno alcanza su máxima intensidad hacia el día de Navidad,
circunstancia a la que debe su nombre (por el "Niño Jesús"). Los
episodios bien desarrollados producen lluvias por encima de lo normal desde
Noviembre hasta Marzo en el sur del Brasil, el este del Paraguay, el Uruguay,
el este de la Región del Chaco, la Mesopotamia y la Región Pampeana. Por el
contrario, el norte y el centro-oeste de Sudamérica (Venezuela, Colombia,
Ecuador, Perú, Bolivia y el norte del Brasil), el NOA y gran parte de Cuyo
observan precipitaciones bajo lo normal.
Por su parte "La Niña" constituye la fase fría del fenómeno de
"El Niño Oscilación del Sur" (ENSO) encontrándose asociada a un
incremento de la intensidad de los vientos alisios ecuatoriales y a un
enfriamiento del Océano Pacífico Ecuatorial. Los episodios bien desarrollados
producen lluvias por debajo de lo normal desde Noviembre hasta Marzo en el sur
del Brasil, el este del Paraguay, el Uruguay, el este de la Región del Chaco,
la Mesopotamia y la Región Pampeana.
Por el contrario, el norte y el centro-oeste de Sudamérica (Venezuela,
Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y el norte del Brasil), el NOA y gran parte de
Cuyo observan precipitaciones sobre lo normal.
Durante la última década, la frecuencia de episodios alterados, del tipo de
"El Niño" y "La Niña" se incrementó considerablemente con
respecto a lo que fue normal durante el siglo XX.
Durante el siglo XX se observó un 66 % de episodios de tipo
"Neutral", un 20 % de episodios de tipo "El Niño" y un 14 %
de episodios de tipo "La Niña", lo que marcó un decidido predominio
de estados cercanos a lo normal.
Contrariamente, en lo que va del siglo XX, se llevan registrados un 40 % de
episodios de tipo "Neutral", un 30 % de episodios de tipo "El
Niño" y un 30 % de episodios de tipo "La Niña", lo cual pone en
evidencia el notable aumento de la variabilidad climática producido durante los
últimos años.
La etapa final de "el niño" dejó un saldo favorable
La disipación de "El Niño 2009/2010) se cumplió con un mes de retardo con
respecto a su fecha normal de ocurrencia, pero bastante antes de lo
inicialmente previsto por los principales centros de pronóstico
internacionales.
Esta evolución puede considerarse afortunada, ya que eliminó el riesgo de un
episodio doble de "El Niño", que había sido anunciada a fines de 2009
por los principales centros internacionales de pronóstico climático, lo cual
hubiera constituido una perturbación ambiental sin precedentes.
También fue afortunado para el área agrícola argentina, que la fase final del
fenómeno concentró su acción sobre El Paraguay y el sur del Brasil, donde agotó
su energía con grandes tormentas, debido a lo cual sólo afectó marginalmente al
territorio nacional.
Si bien se produjeron algunos episodios de granizo y algunas precipitaciones de
elevada intensidad, las mismas tuvieron carácter local y no afectaron
significativamente al conjunto del área agrícola nacional.
Asimismo, el comienzo de la temporada de heladas no llegó a causar daños, ya
que el tiempo cálido, que caracterizó al comienzo del otoño, aceleró el
desarrollo de los lotes de soja de manera que, para cuando se produjo la
adversidad, su vulnerabilidad al frío ya había disminuido considerablemente.
Gracias a esta particular evolución, la cosecha pudo avanzar rápidamente en la
mayor parte del área agrícola nacional, permitiendo concretar el elevado
potencial productivo de los cultivos de verano de la campaña 2009/2010, sin que
se produjeran mermas de volumen ni de calidad por acción meteorológica.
Completando la transición en forma favorable, debido a la acción residual de
"El Niño", el mes de Mayo observó temperaturas medias algo superiores
a lo normal, y una racha tardía de precipitaciones que aportó humedad, dejando
los suelos en condiciones adecuadas para la siembra de los cereales de invierno
en todo el centro y el este del área triguera.
No obstante, el oeste del área agrícola nacional no registró una reposición de
humedad adecuada.
Puede observarse que las precipitaciones muy por encima de lo normal se
concentraron sobre el ángulo nordeste del área agrícola nacional (este de la
Región del Chaco, y centro y norte de la Mesopotamia), con valores de más de
150% de la media.
Por su parte, el este del NOA, el oeste de la Región del Chaco, Santa Fe, la
mayor parte de Buenos Aires y el sur de la Mesopotamia observaron valores entre
el 100 % de la media, al oeste, y el 150 % de la media hacia el este.
El centro del NOA, el este de Cuyo, la mayor parte de Córdoba y la mayor parte
de La Pampa observaron valores algo por debajo de lo normal, que fluctuaron
entre el 100 % de la media, hacia el este, y un 75 % de la media, hacia el
oeste.
Por último, el oeste del NOA, el oeste de Cuyo y el extremo oeste de La Pampa
observaron precipitaciones de menos del 75 % de la media.
Lo expuesto, pone en evidencia que las zonas del margen occidental del área
triguera (centro y oeste de Córdoba, La Pampa y sudoeste de Buenos Aires)
registraron una reposición de humedad muy despareja, por lo que aún son necesarias
nuevas lluvias.
Mientras se disipaba "el niño" comenzó a llegar "la niña"
Durante Abril y Mayo, la temperatura de los Océanos que rodean a Sudamérica
descendió a una tasa considerable, haciendo que las imágenes satelitales
mostraran la aparición de extensas áreas con valores inferiores a lo normal.
Sólo el Océano Atlántico Tropical continúa mostrando valores superiores a lo
normal, que explican las tormentas que continúan produciéndose sobre el centro
y el norte del Brasil y gran parte del Paraguay.
Debido a esta causa, los pronósticos de la mayor parte de los grandes centros
internacionales anuncian el paso hacia una situación de temperaturas bajo lo
normal en el Océano Pacífico Ecuatorial, que dará origen al desarrollo de un
episodio de "La Niña".
Dado que el proceso recién está en su etapa inicial, la intensidad del
enfriamiento previsto, varía según las distintas fuentes.
El Servicio Meteorológico Australiano (Australian Bureau of Meteorology) es el
más cauto, previendo un enfriamiento levemente por debajo de lo normal, que
llevaría a una situación neutral fría, que daría condiciones climáticas apenas
inferiores a lo normal.
La Administración Nacional de la Atmósfera y el Océano de los EE.UU. (NOAA)
asume una posición intermedia, anunciando una situación neutral pero mucha más
fría que la anterior, que se acercaría a lo que podría considerarse un estado
de "La Niña" débil. En este caso, cabría esperar que la campaña
2010/2011 presente un régimen hídrico moderadamente inferior a lo normal.
Finalmente, el Centro Europeo de Pronóstico a Mediano Plazo (ECMRWF) pronostica
el desarrollo de un episodio de "La Niña" de moderada a alta
intensidad, que podría afectar considerablemente al régimen hídrico durante la
campaña agrícola 2010-2011.
Por el momento, este panorama recién está empezando a definirse. Por esta
causa, será necesario aguardar hasta comienzos de Junio, para contar con
indicadores certeros acerca de la intensidad que alcanzará el proceso de
enfriamiento de los océanos que se encuentra puesto en marcha.
Perspectiva agroclimática y panorama de riesgos para la campaña 2010/2011
Dado que la emergencia del episodio de "La Niña" que afectará a la
campaña agrícola 2010/2011, recién está comenzando a producirse, por el momento
sólo pueden indicarse los rasgos generales de su desarrollo.
Es posible que la acción residual de "El Niño" produzca algunas
lluvias adicionales durante Junio, las cuales podrían llegar a beneficiar las
zonas del oeste del área triguera, proveyéndoles la humedad necesaria para
llevar a cabo las siembras en buenas condiciones.
No obstante, puede señalarse que, a partir de mediados de Junio, el régimen
hídrico irá disminuyendo gradualmente en abundancia, dando inicio a un lapso
con precipitaciones bajo lo normal, que responderán al desarrollo de un
episodio de "La Niña. Por el momento, puede suponerse que la intensidad
del fenómeno será baja pero esto podría ir variando a medida que avance la
temporada y se disponga de indicadores más precisos.
Teniendo en cuenta estas suposiciones, en Figura 4 se presenta la distribución
relativa de las precipitaciones que se espera durante la campaña agrícola
2010/2011, expresada como el porcentaje con respecto al valor medio normal de
cada zona.
Como es usual en los episodios de "La Niña", el oeste del NOA y el
extremo norte de Cuyo registrarían precipitaciones algo por encima de lo
normal, entre el 100 % y el 125 %.
El extremo sudeste del NOA, el norte y el centro de Córdoba, gran parte de
Santa Fe, el sudoeste de Entre ríos y el nordeste de Córdoba observarían la
mayor disminución relativa de las precipitaciones, con valores entre el 50 y el
75 % del promedio.
Es posible que llame la atención que la mayor disminución relativa de las
precipitaciones afecte a buena parte de la zona núcleo. Sin embargo, cabe
aclarar que esto es también usual en los episodios de "La Niña" pero,
como en la zona núcleo las precipitaciones promedio son abundantes, los efectos
de la disminución relativa no son tan notorios como en otras zonas de menor
promedio pluviométrico.
En cambio, en el norte de Santa Fe, el sur de Santiago del Estero y el norte de
Córdoba donde, a la disminución de las lluvias se unen temperaturas elevadas,
la ruptura del equilibrio hídrico suele ser grave, situación que se hizo bien
evidente durante la larga sequía que afectó a las campañas 2007/2008 y
2008/2009.
Un proceso similar suele darse en el sur de La Pampa y el norte de Río Negro.
En lo referente al régimen térmico, debe tenerse en cuenta que, debido a que el
área ecuatorial sudamericana se encuentra afectada por un proceso de
calentamiento, lo vientos del norte provocarán lapsos prolongados con
temperaturas superiores a lo normal, generando una elevada evapotranspiración
que, de no tomarse medidas efectivas, consumirá rápidamente las reservas de
humedad de los suelos.
Los lapsos con temperaturas superiores a lo normal serán interrumpidos
periódicamente por irrupciones de aire frío, procedentes del sudoeste, que
provocarán fuertes nevadas sobre el área cordillerana, siendo probable que los
episodios más vigorosos logren hacer sentir sus efectos hasta el ángulo
sudoeste del área agrícola nacional. Estas entradas de aire frío provocarán
heladas invernales intensas.
Este proceso provocará cierto atraso en el momento de ocurrencia de las heladas
primaverales, que podría poner en riesgo a la etapa final de los cultivos de
invierno y a la etapa inicial de los de verano.
Es muy probable que el retorno de las precipitaciones primaverales se atrase un
tanto, y llegue con vigor algo inferior a lo normal. A lo largo de la primavera
las precipitaciones se irán activando gradualmente, pero manteniéndose entre
leve y moderadamente por debajo de lo normal.
Dado que las temperaturas promedio se mantendrán por encima de sus valores
usuales, la evapotranspiración será elevada, por lo que será aconsejable llevar
a cabo un cuidadoso manejo de las reservas de humedad de los suelos.
Será también probable que las precipitaciones estivales se mantengan algo por
debajo de lo normal, siendo acompañadas por temperaturas muy elevadas.
Durante el mes de Enero debe esperarse una pausa en las precipitaciones, que
será acompañada por una intensa ola de calor, generando un período crítico para
la evolución de los cultivos estivales. Por lo tanto, será necesario arribar al
inicio de este mes contando con buenas reservas hídricas que permitan superar
la sequía atmosférica y edáfica que se presentará durante su transcurso.
Es probable que, hacia comienzos de Febrero, las precipitaciones retornen con
un poco menos de vigor que lo usual, dándose el mismo comportamiento durante
Marzo y la primera quincena de Abril.
Dado que las temperaturas de fines de verano y comienzos de otoño persistirán
algo por encima de lo normal, las demandas de humedad serán elevadas, haciendo
necesario un riguroso manejo del agua suelo a fin de evitar que las reservas se
agoten.
Asimismo, es probable que las heladas otoñales, experimenten cierto adelanto,
aunque sin llegar a igualar lo observado en los anteriores episodios de
"La Niña" de 2008 y 2009.
En lo que hace al panorama de riesgos puede esperarse lo siguiente:
• Baja incidencia de granizo en la mayor parte del área agrícola nacional, a
excepción del NOA y el norte de la Mesopotamia, donde la presencia de esta
adversidad podría ser elevada.
• Moderada incidencia de heladas tardías (primavera de
2010) y moderada a alta incidencia de heladas tempranas (otoño de 2011).
• Excesos hídricos en el NOA y norte de la Mesopotamia.
• Moderada a alta incidencia de sequía en el margen
occidental de la Región Pampeana.
Por último, debe remarcarse que la presente perspectiva es provisoria y que
será necesario irla ajustando a medida que se cuente con indicadores más
certeros.
Conclusión
En el centro y el este del área agrícola nacional, el proceso agroclimático que
tuvo lugar durante la campaña agrícola 2009/2010 dejó reservas hídricas que
darán condiciones favorables para la implantación de la cosecha fina 2010 y, si
se las administra con cuidado, facilitarán la siembra de la cosecha gruesa
2010/2011.
Para que el oeste del área agrícola nacional pase a estar bien se necesitaría
que el mes de Junio observara algunas precipitaciones, lo cual es moderadamente
probable.
Será aconsejable diseñar un planteo productivo acorde con la situación de
partida y la evolución prevista. En este sentido, los planteos demasiado
ambiciosos, como los de doble cultivo, podrían traer aparejados riesgos
excesivos de que la humedad se agote antes de tiempo.
En cualquier caso, es probable que, aunque alcancen buenos resultados, las
actividades productivas de campaña agrícola 2010/2011 consuman el agua
disponible, dejando una situación final en la que predominarán los déficits
hídricos, complicando el inicio de la campaña 2011/2012.